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La nata de cocinar tiene un menor contenido de grasa (generalmente alrededor del 18-30%) y está diseñada para ser utilizada en preparaciones calientes como salsas, sopas o guisos. Por otro lado, la nata de postres de montar tiene un mayor contenido de grasa (al menos un 30%) y está especialmente formulada para batir y montar, siendo ideal para la elaboración de postres como mousses o chantilly.
No se recomienda sustituir una por la otra, ya que cada tipo de nata tiene una función específica debido a su contenido de grasa y estabilizantes. La nata de cocinar no montará adecuadamente y la nata de postres de montar puede cortarse al calentarse, alterando la textura final de la preparación.
Generalmente, la nata de cocinar suele venir en envases más pequeños y con la indicación "nata para cocinar" o "nata ligera". Por otro lado, la nata de postres de montar se comercializa en envases más grandes y suele llevar la etiqueta "nata para montar" o "nata especial postres". También puedes fijarte en el porcentaje de grasa que suele estar especificado en el envase.
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