Las cenas improvisadas a veces son un drama, sobre todo cuando uno abre la nevera y no ve más que setas, un par de tiras de bacon y un pan algo duro. Pero, oh sorpresa, ese trío aparentemente triste puede convertirse en una cena gloriosa gracias a dos cosas: una buena dosis de queso y una freidora de aire.
Estos paninis de setas y bacon no tienen nada que envidiar a los de tu bar favorito. Son crujientes por fuera, cremosos por dentro, y tienen ese punto de sabor umami que solo da el queso fundido con tomate y bacon. En 10 minutos los tienes listos, con ingredientes normales y sin necesidad de encender el horno.
🥖 1/2 barra de pan (tipo baguette o pan rústico)
🍄 260 g de setas (mejor con ajo y perejil ya picados, pero puedes añadirlos tú)
🥓 60 g de tiras de bacon
🍅 Tomate frito (al gusto)
🧂 Queso en polvo (tipo parmesano o grana padano)
🧀 Queso rallado (mozzarella, emmental, gouda, lo que funda bien)
🫒 Aceite de oliva virgen extra
🧂 Sal al gusto
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, saltea las setas con un poco de sal.
Cuando hayan soltado su agua y empiecen a dorarse, añade el bacon.
Cocina hasta que todo esté bien hecho y jugoso. Reserva.
Corta la barra de pan por la mitad a lo largo.
Unta cada mitad con una buena capa de tomate frito y espolvorea un poco de queso en polvo para darle profundidad.
Reparte encima la mezcla de setas y bacon.
Corona con una lluvia generosa de queso rallado.
Coloca los paninis en la freidora de aire (en lotes si hace falta).
Programa a 180 °C / 6 minutos hasta que el queso esté fundido y doradito y el pan, crujiente.
Sácalos, deja reposar un minuto (si puedes resistirte) y… ¡a disfrutar!
Este panini admite todo tipo de variantes:
Añade cebolla caramelizada si quieres algo dulcecito.
Cambia el bacon por jamón cocido o sobrasada si buscas otros matices.
Ponle un toque de chile en polvo si te va el picante.
💡 Y si te sobró algo de la mezcla de setas y bacon, úsala como relleno para una tortilla, una pasta rápida o incluso sobre una pizza casera.
Porque es simple, sabrosa, económica y cero postureo. Porque la freidora de aire convierte cualquier pan de ayer en un manjar de hoy. Y porque hay algo irresistible en ese momento en el que el queso burbujea y el bacon cruje.
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