Sí, amigo ensaladero, hoy te traigo la receta definitiva para una Salatsoße —o salsa de ensalada— como la de restaurante, hecha en Thermomix para que el éxito esté garantizado hasta para el más torpe de la batidora.
Y ojo, que aquí no hablamos de cualquier aliño de andar por casa. Esta maravilla combina mostaza, sour cream, balsámico blanco, un toque de caldo vegetal y el empujoncito secreto del yogur natural. ¿El resultado? Una emulsión sedosa, brillante, con la acidez justa y una versatilidad que haría llorar de emoción a cualquier chef. Si quieres que tu ensalada deje de ser ese trámite triste entre la croqueta y el solomillo, quédate: esto te interesa.
Antes de lanzarte a mancharlo todo de vinagre como si no hubiera un mañana, asegúrate de tener en tu despensa los siguientes elementos:
80 g de mostaza (preferiblemente de Dijon, por eso del glamour)
240 g de sour cream o Schmand (sí, ese primo alemán de la nata ácida)
220 g de vinagre balsámico blanco
350 g de agua
15 g de sal
15 g de caldo de verduras en polvo
50 g de azúcar
400 g de yogur natural (el más ligero que encuentres, 0,1 % de grasa)
220 g de aceite (puede ser de girasol para un sabor más neutro)
¼ cucharadita de pimienta negra molida
Hierbas frescas al gusto (albahaca, cebollino, perejil… lo que te alegre la vida)
Un consejo de esos que valen oro: si puedes, usa productos de buena calidad. El aliño puede parecer un actor secundario, pero cuando es bueno, se lleva todos los aplausos.
Lo bonito de esta receta es que combina la sabiduría ancestral del chupchup con la tecnología punta de nuestro querido robot de cocina. Te cuento el paso a paso:
Primero, prepara la base líquida: En un cazo pequeño (o directamente en el vaso del Thermomix si quieres ahorrarte fregar después), pon el vinagre, el agua, el azúcar, la sal y el caldo de verduras en polvo. Llévalo a ebullición a fuego medio y deja que hierva suave durante unos 5 a 10 minutos. Este pequeño hervor hace que los sabores se abracen como viejos amigos.
Después, la magia del Thermomix: Añade al vaso la mezcla caliente junto con el resto de los ingredientes: la mostaza, el sour cream, el yogur, el aceite, la pimienta y las hierbas frescas picadas. Mezcla durante 10 segundos a velocidad 5. No necesitas más: buscamos integrar, no montar un suflé.
Envasa con estilo: Vierte el aliño en botellas o tarros de cristal bien limpios. Cuando se enfríe, mételos en la nevera. Gracias al vinagre, este aliño puede durar varias semanas en perfecto estado, siempre y cuando no lo dejes al sol como una lagartija.
Aunque su hábitat natural son los blattsalate (esos verdes variados que algunos confunden con “comida de conejos”), esta salatsoße es una auténtica todoterreno. Queda espectacular sobre ensaladas de pasta, bowls de quinoa, como dip para crudités, o incluso para darle vida a un triste filete a la plancha.
Y si quieres quedar como el más cool del picnic o del brunch dominguero, lleva un botecito casero como regalo. Es fácil, es diferente, y te aseguro que nadie olvidará a “esa persona que trajo la mejor salsa del mundo”.
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