Hoy te traigo una receta que lo tiene todo: patatas crujientes, pollo tierno con pesto, tomatitos dulces y el toque meloso de la mozzarella fundida. Todo cocinado en la Airfryer. Sin freír, sin hornear, sin líos.
Este plato tiene lo mejor de una bandeja de horno mediterránea, pero con menos tiempo y calor. Es ideal para comidas rápidas entre semana, pero también funciona de lujo como cena informal o plato único para cuando tienes hambre y cero ganas de complicarte.
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🥔 Un puñado de patatas pequeñas con piel (unos 250-300 g)
🍗 200 g de pechuga de pollo, en dados
🍅 Un puñado de tomates cherry
🧀 1 bola de mozzarella fresca
🌿 2 cucharaditas de pesto de albahaca
🧂 2 cucharaditas de sazonador tipo “especias para patatas” (puedes usar paprika, ajo en polvo, cebolla y romero si no tienes Just Spices)
🫒 1-2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Lava bien las patatas con piel, córtalas por la mitad y déjalas en remojo unos 30 minutos. Esto ayuda a que queden más crujientes por fuera y suaves por dentro. Luego sécalas bien con papel de cocina.
Mezcla las patatas con el aceite de oliva y las especias para patatas. Mientras tanto, corta el pollo en dados y mézclalo con el pesto hasta que esté bien cubierto.
Coloca primero las patatas en la cesta de la Airfryer y cocínalas a 180 °C durante 10-20 minutos, según cantidad. Abre y remueve la cesta a mitad del tiempo para que se doren por igual.
Después, añade los dados de pollo con pesto directamente encima de las patatas y cocina todo junto 8-10 minutos más a 180 °C.
Mientras se termina de hacer el pollo, parte los tomates cherry por la mitad y desgarra la mozzarella en trozos. Cuando el pollo esté cocinado, abre la cesta, añade los tomates y mozzarella y deja que se funda con el calor residual o ponla 1-2 minutos extra si te gusta más derretida.
Saca todo a un bol grande, mezcla suavemente para que los jugos del pesto, el pollo, los tomates y la mozzarella se repartan bien. ¡Y a la mesa!
Porque es un plato único con proteína, verdura, carbohidratos y mucho sabor.
Porque lo haces todo en la freidora de aire, sin encender el horno ni manchar sartenes.
Porque el pesto le da un toque gourmet sin esfuerzo, y con buena mozzarella es un plato de restaurante en casa.
Y porque los sabores se complementan tan bien que no hace falta más para quedar satisfecho.
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