🍆🍕 Una receta exprés para amantes de la pizza (y de comer bien) ¿Quién dijo que para disfrutar de una buena pizza había que encender el horno, amasar durante horas o resignarse a una bomba calórica?
Hoy te traigo una receta que desafía todas esas ideas y te hará reconciliarte con tu airfryer (si es que alguna vez te habías peleado con ella): unas deliciosas mini pizzas de berenjena que son puro amor a primer bocado.
La base no es de harina ni lleva fermentación, sino que es una jugosa berenjena, coronada con tomate, queso mozzarella, un chorrito de aceite de oliva y un buen puñado de especias que le dan ese toque italiano que nos pone los ojos en blanco. Perfectas para un picoteo saludable, una cena rápida o incluso para quedar como un rey cuando tienes invitados hambrientos y poco tiempo.
Y lo mejor: en apenas 20 minutos las tienes listas gracias al superpoder de tu freidora de aire. ¿Vamos al lío?
1 berenjena hermosa y firme
1-2 tomates grandes y jugosos
Aceite de oliva virgen extra (del bueno, por favor)
Sal al gusto
Ajo en polvo o fresco picado (lo que tengas a mano)
Orégano seco, generoso
Pimienta negra recién molida
Queso rallado mozzarella (también sirve uno que funda bien si quieres innovar)
Primero, quita el divisor de la cesta de tu airfryer si lo tiene, para aprovechar bien el espacio. Luego, coloca papel de horno sobre la base. Esto evita que las rodajas de berenjena se peguen y facilita la limpieza (que todos odiamos fregar cacharros, no nos engañemos).
Corta la berenjena en rodajas de un centímetro más o menos: si las haces muy finas, se deshidratarán; si son muy gordas, quedarán crudas. Rócialas con un poco de aceite de oliva y salpimienta generosamente. No seas tímido con el ajo y el orégano, porque ahí está el truco del sabor.
Coloca sobre cada rodaja una lonchita de tomate. No te pases para que luego el queso no se suicide por los bordes. Programa tu airfryer en modo “GRANDZONE” o simplemente a 190 °C en función aire, y cocina durante 15 minutos.
Cuando suene la campanita (o cuando huela a gloria), abre la cesta, reparte queso rallado mozzarella sobre cada mini pizza y espolvorea un poquito más de orégano por encima. Programa 5 minutos más a la misma temperatura hasta que el queso esté fundido y empiece a dorarse de forma indecente.
Saca con cuidado (estarán calientes, no te quemes como un campeón) y sirve en una bandeja bonita. Añade si quieres unas hojas de albahaca fresca para dar el pego gourmet. Se comen calientes, tibias o frías: son tan versátiles que parecen hechas para ti.
Varía el queso: prueba con parmesano, emmental o incluso un queso azul suave si te va la marcha.
Más toppings: unas aceitunas negras, unas anchoas o un par de alcaparras elevan esta receta a nivel dioses del Olimpo.
Versión vegana: usa mozzarella vegana y añade un toque de levadura nutricional para el extra umami.
Esta receta no solo es rápida y fácil, sino que además es una forma maravillosa de introducir más verdura en tu vida sin que sientas que estás castigándote. La berenjena se convierte en la base perfecta: sabrosa, carnosa y ligera, dejando que los protagonistas de siempre —el tomate, el queso y las especias— brillen con luz propia.
Así que ya sabes: la próxima vez que tengas antojo de pizza, pasa del horno, saca tu airfryer y prepárate para darle un gustazo a tu paladar. Tu estómago (y tu conciencia) te lo agradecerán.
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