El pollo teriyaki es uno de esos clásicos de la gastronomía japonesa que se ha colado en las cocinas de todo el mundo por su sabor dulce, salado y umami a la vez. Pero si a eso le sumamos la practicidad y el toque crujiente que nos ofrece la freidora de aire, el resultado es un plato irresistible, rápido y saludable.
La freidora de aire consigue que los muslos de pollo queden dorados por fuera, con esa piel ligeramente crujiente, pero jugosos y tiernos por dentro. Además, el glaseado con la salsa teriyaki casera aporta un equilibrio perfecto entre dulzura, acidez y un toque tostado gracias al aceite de sésamo. Un plato que combina técnica y tradición sin complicaciones.
Pollo Teriyaki en freidora de aire – air fryer
🍗 4 muslos de pollo deshuesados y sin piel (600-700 g aprox.)
🫒 1 cucharada de aceite de oliva
🧂 Sal y pimienta negra molida al gusto
Para la salsa teriyaki:
🥢 60 ml de salsa de soja sin gluten (tamari ideal)
🍯 2 cucharadas de miel
🍚 1 cucharada de vinagre de arroz
🌰 1 cucharada de aceite de sésamo (tostado para un sabor más intenso)
🧄 1 diente de ajo finamente picado
🌿 1 cucharadita de jengibre fresco rallado
🌽 1 cucharadita de maicena (opcional, para espesar)
Seca bien los muslos con papel de cocina para eliminar la humedad y que queden bien dorados. Sazona con sal y pimienta por ambos lados y úntalos ligeramente con aceite de oliva para favorecer el tostado.
Precalienta la freidora a 190 °C. Coloca los muslos en la cesta sin que se monten unos sobre otros. Cocina durante 18-20 minutos, dando la vuelta a la mitad para que se doren por igual. El pollo debe alcanzar una temperatura interna de 74 °C para estar perfectamente cocido y jugoso.
Mientras el pollo se cocina, mezcla en una cazuela la salsa de soja, la miel, el vinagre de arroz, el aceite de sésamo, el ajo y el jengibre. Cocina a fuego medio, removiendo ocasionalmente.
Si quieres una salsa más densa, disuelve la maicena en un poco de agua fría y añádela a la mezcla hirviendo. Cocina un par de minutos hasta que espese y tenga ese brillo característico del teriyaki.
Retira el pollo de la freidora, colócalo en un plato y rocía generosamente con la salsa teriyaki. Para rematar, espolvorea semillas de sésamo y un poco de cebollino picado para un toque fresco y crunchy.
Muslos sin piel: además de ser más saludables, se doran muy bien en la freidora sin perder jugosidad.
Aceite de sésamo tostado: marca la diferencia con su aroma ahumado, ¡no lo sustituyas por cualquier aceite!
Salsa casera: evita las salsas industriales llenas de conservantes y azúcares añadidos. Así controlas todo y es más natural.
No sobrecargar la cesta: para que el aire circule y el pollo se cocine de manera uniforme, es importante que los muslos estén en una sola capa.
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