Las quesadillas son de esas recetas que nunca fallan: rápidas de preparar, versátiles y siempre reconfortantes. Pero hoy damos un paso más allá y las convertimos en un bocado gourmet, gracias al toque del salmón ahumado, la suavidad del queso crema y la magia de la freidora de aire, que consigue una textura dorada y crujiente sin necesidad de sartén ni exceso de grasa.
El resultado es un plato perfecto para una cena ligera, un brunch con amigos o incluso un picoteo improvisado. Y lo mejor: en menos de 15 minutos tienes algo digno de un restaurante moderno, pero sin moverte de tu cocina.
Quesadillas de salmón ahumado en freidora de aire – air fryer
🌮 4 tortillas de trigo o maíz
🐟 100 g de salmón ahumado
🧀 100 g de queso crema (tipo Philadelphia)
🧀 50 g de queso rallado (mozzarella o gouda, para gratinar)
🧅 ½ cebolla morada en rodajas finas (opcional)
🌱 Unas hojas de espinaca fresca o rúcula
🫒 Aceite en spray o pincelado ligero
🌿 Eneldo fresco o seco (opcional, para aromatizar)
🍋 Unas gotas de limón
Unta cada tortilla con una fina capa de queso crema. Coloca encima el salmón ahumado en tiras, añade hojas de espinaca o rúcula, la cebolla morada en rodajitas y espolvorea con queso rallado para lograr ese efecto fundido irresistible. Unas gotas de limón y un pellizco de eneldo aportarán frescura y aroma.
Coloca otra tortilla encima de cada una y presiona suavemente para sellar. Pincela ambos lados con un poco de aceite (o utiliza spray para mayor ligereza).
Precalienta la airfryer a 180 °C. Introduce las quesadillas en la cesta, evitando amontonarlas para que circule bien el aire. Cocina entre 5 y 7 minutos, volteándolas a la mitad, hasta que estén doradas y con ese crujido que enamora.
Corta en triángulos y sirve al instante. Puedes acompañarlas con salsa de yogur al eneldo, guacamole fresco o incluso más queso crema con un chorrito de limón. La combinación es tan buena que cuesta parar después del primer bocado.
Más allá de la comodidad de no ensuciar sartenes, la freidora de aire consigue que las tortillas queden crujientes por fuera y con el relleno perfectamente fundido por dentro, sin exceso de grasa. Además, el resultado es mucho más ligero, por lo que podrás repetir sin remordimientos.
La receta, además, es muy personalizable: puedes sustituir el salmón por pavo ahumado, añadir champiñones salteados, cambiar el queso por uno más potente como el manchego, o incluso darle un aire tex-mex con jalapeños.
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