Vamos a decirlo claro: las alitas de pollo son un vicio. Y si las haces en freidora de aire, con ajo y una lluvia generosa de parmesano, te metes directamente en la lista de placeres que deberías repetir sin culpa. Son crujientes, sabrosas y se preparan sin meter medio litro de aceite en la sartén, lo que también agradece tu cocina y tu camiseta blanca.
Esta receta no es solo una fiesta para tus papilas gustativas, sino también una prueba irrefutable de que la freidora de aire está aquí para quedarse. Crujido, sabor intenso, cero complicaciones. Y además, huelen tan bien que es probable que tus vecinos llamen a la puerta con una cerveza en la mano.
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12 alitas de pollo
1/2 cucharada de levadura química/polvo para hornear
1/2 cucharadita de ajo en polvo (granulado)
1/2 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de pimienta negra
1 diente de ajo fresco
1 ½ cucharada de queso parmesano rallado
1 ½ cucharada de mantequilla
1 cucharada de aceite de oliva
Un chorrito de jugo de limón
Seca bien las alitas con papel de cocina y ábrelas por la articulación si están enteras. Mézclalas en un bol con el polvo de hornear, la mitad del ajo en polvo, sal y pimienta. Este truquito de la levadura es mágico: ayuda a que la piel quede extra crujiente.
Coloca las alitas en la cesta de la freidora sin que se amontonen. Cocina a 190 °C durante 10 minutos, dales la vuelta y cocina 10 minutos más.
En una sartén, derrite la mantequilla con el aceite de oliva. Añade el ajo picado y sofríelo a fuego bajo hasta que huela tan bien que te entren dudas morales. Sazona con jugo de limón, una pizca más de ajo en polvo y sal. Apaga el fuego y añade el parmesano rallado (reserva un poquito para el final si quieres hacerte el chef en la presentación).
Cuando las alitas estén doradas, pásalas a un bol grande y báñalas en la salsa. Mezcla bien para que todas se embadurnen. Luego, vuelve a meterlas en la airfryer y cocina 5 a 10 minutos más a 200 °C, hasta que el parmesano se funda y caramelice un poco.
Sírvelas bien calientes, espolvoreadas con más parmesano por encima y, si te quieres venir arriba, con unas hojas de perejil picado. Son perfectas para una cena informal, una noche de peli o una reunión con amigos (aunque cuidado: desaparecerán en segundos).
Extra tip: acompaña con un dip de yogur con ajo o con una cerveza bien fría.
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