Los nuggets suelen estar asociados al pollo, a fritura en abundante aceite y a comida rápida para los peques. Pero la cocina tiene esa magia de reinventar lo de siempre y darle un giro sano, sorprendente y con mucho sabor. Estos nuggets de salmón en freidora de aire son el ejemplo perfecto: jugosos por dentro, con un rebozado crujiente gracias a los copos de maíz y, lo mejor, listos en apenas 15 minutos.
El resultado es tan bueno que funcionan igual de bien en un menú infantil como en un aperitivo de adultos con un poco de limón fresco y una salsa ligera. Además, al estar hechos en la airfryer, nos libramos de la fritanga clásica, pero sin renunciar al placer de morder un bocado dorado y crujiente.
Nuggets de salmón en freidora de aire
2 rodajas de salmón fresco, sin piel ni espinas
80 g de copos de avena
1/2 diente de ajo picado 🧄
1/2 limón exprimido 🍋
Perejil fresco picado
1 chorrito de salsa de soja
1 pizca de sal y cebolla en polvo
1 huevo batido (para rebozar)
Copos de maíz sin azúcar triturados (para rebozar)
Limpia bien el salmón, asegurándote de que no queda ni piel ni espinas. Trocea y ponlo en un vaso batidor.
Añade al vaso los copos de avena, el perejil, el ajo, el zumo de limón, la salsa de soja, la sal y la cebolla en polvo. Tritura hasta obtener una masa moldeable, suave y sin exceso de líquido.
Divide la masa en 10–12 porciones. Puedes hacer bolitas, nuggets tradicionales o, si te apetece darle un toque simpático, darles forma de pececillo (queda gracioso para los niños).
Pasa cada nugget primero por huevo batido y luego por los copos de maíz triturados para conseguir ese acabado dorado y crujiente.
Precalienta la freidora a 180 ºC durante 3 minutos.
Coloca los nuggets en la cesta, sin que se toquen, y cocina durante 12 minutos. Dales la vuelta a mitad de tiempo para que queden crujientes por ambos lados.
Sírvelos calientes, con unas rodajas de limón o una salsa ligera de yogur y eneldo.
Más crujientes: utiliza panko o mezcla pan rallado con copos de maíz para el rebozado.
Sabor extra: añade un poco de jengibre fresco rallado a la masa para un toque asiático.
Para niños exigentes: dales forma de peces, estrellas o corazones; así, comer pescado deja de ser un drama.
Salsa ideal: acompáñalos con una mezcla de yogur griego, eneldo y un chorrito de limón.
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