Cuando uno piensa en Thermomix, lo primero que se viene a la cabeza es comodidad, precisión y recetas infalibles. Y cuando lo juntas con el adictivo y goloso dulce de leche, el resultado no puede ser más espectacular.
Hoy te traigo una receta que no solo es fácil de hacer, sino que además tiene el potencial de convertirte en el héroe de cualquier reunión familiar: una mousse de dulce de leche que es pura fantasía y que puedes preparar en un abrir y cerrar de ojos.
¿Lo mejor? No necesitas ser un maestro repostero para triunfar con esta delicia. Con ingredientes simples y unos pocos pasos (perfectamente adaptables a tu Thermomix), vas a conseguir una textura aireada y un sabor profundo que hará que todos te pidan la receta. Sigue leyendo porque esto no es un simple postre: es una auténtica declaración de amor al dulce de leche.
200 ml de nata para montar (mínimo 33% de grasa)
200 g de queso crema, entero y bien frío
1 lata de dulce de leche (380 g)
Unas ganas tremendas de comer algo espectacular
(Tip de experto: si puedes, usa un dulce de leche de buena calidad, tipo argentino o uruguayo. Se nota, y mucho.)
Monta la nata:
En tu Thermomix (con mariposa puesta), vierte la nata muy fría y programa a velocidad 3.5 sin tiempo, vigilando hasta que forme picos firmes. Ojo, no te pases o acabarás con mantequilla. Reserva en un bol grande en la nevera.
Bate el queso con dulce de leche:
Sin lavar el vaso, echa el queso crema y la mitad del dulce de leche. Mezcla 20 segundos a velocidad 3, hasta que la mezcla esté cremosa. No te pases de batido o perderá consistencia.
Incorpora la nata montada:
Añade la nata al vaso en dos tandas. Mezcla con movimientos envolventes (puedes usar la espátula de Thermomix) para no perder ese airecito maravilloso que hace a una mousse ser una mousse.
Prepara el dulce de leche extra:
En un pequeño bol, remueve el dulce de leche restante hasta que esté más fluido. Si hace falta, dale 10 segundos en el microondas.
Monta los vasitos:
Pon en el fondo de cada vaso dos cucharadas del dulce de leche que reservaste. Cubre con una buena porción de mousse y decora con unos hilos más de dulce de leche por encima.
¡Disfruta!
Si puedes resistirte, deja enfriar los vasitos en la nevera al menos una hora para que la textura termine de asentarse. Pero si no… adelante, nadie te juzga.
Textura ultra sedosa: Asegúrate de que tanto la nata como el queso crema estén muy fríos antes de comenzar. Esto ayuda a que la mousse quede ligera y aireada.
Para los muy golosos: Añade trocitos de merengue o galletas trituradas entre capas para darle un toque crujiente.
Más gourmet: Espolvorea un poco de sal en escamas sobre la mousse antes de servir. El contraste entre dulce y salado es simplemente brutal.
Versión exprés: Si no quieres montar nata, puedes usar nata vegetal ya montada. No será tan casero, pero en emergencias puede salvarte.
¿Vegano? Usa nata vegetal para montar, queso crema vegano y dulce de leche de coco. El sabor cambiará, pero seguirá estando de vicio.
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