Si pensabas que la mayonesa casera era solo para los más cocinillas o que requería pulso de neurocirujano para que no se corte, hoy vas a cambiar de idea. La Thermomix viene al rescate con una receta infalible, rápida y con un twist que la eleva: un toque de mostaza, ese condimento capaz de transformar una simple emulsión en una salsa digna de estrella Michelin.
Y no estamos hablando de una mayonesa cualquiera. Esta versión con mostaza y vinagre es una bomba de sabor suave pero con carácter, ideal para acompañar desde unas patatas cocidas hasta un sándwich de pollo crujiente. Todo listo en menos de 10 minutos, sin manchar media cocina y con el extra de saber exactamente qué lleva tu salsa. ¿Se puede pedir más?
1 huevo grande (a temperatura ambiente, por favor)
1 cucharadita colmada de mostaza (de Dijon, americana o la que más te guste)
1 cucharada de vinagre (de vino blanco o manzana, tú eliges el grado de acidez)
250 g de aceite neutro (girasol, colza o uno de oliva muy suave)
Sal (un poco menos de media cucharadita)
Pimienta negra recién molida (al gusto, pero sin pasarse)
Consejo extra: si quieres una textura más firme, puedes añadir media cucharadita de agua caliente antes de emulsionar.
Coloca en el vaso de la Thermomix el huevo, la mostaza, el vinagre, la sal y la pimienta. Introduce la varilla y tapa bien el vaso. Programa 3 minutos / 70°C / velocidad 3.
Esto no solo ayuda a pasteurizar ligeramente el huevo, sino que potencia el sabor de los ingredientes y da más estabilidad a la emulsión. Pura magia tecnológica.
Programa ahora 3 minutos / velocidad 4. Con el vaso aún tapado, ve vertiendo el aceite en hilo fino sobre la tapa. La mariposa y la velocidad se encargarán de integrarlo lentamente, creando esa textura cremosa y aireada tan deseada.
A mitad del proceso, detén el robot, raspa los laterales del vaso y la tapa con la espátula y vuelve a poner en marcha el temporizador hasta que se complete.
Vierte la mayonesa en un tarro de cristal hermético y guárdala en el frigorífico. Aguanta perfectamente unos 15 días gracias al vinagre, que actúa como conservante natural. Pero entre nosotros: seguro que no te dura ni una semana.
Esta mayonesa con mostaza es el lienzo perfecto para experimentar:
¿Quieres un toque más picante? Añade media cucharadita de wasabi o un poco de sriracha.
¿Buscas un perfil más ácido? Sustituye parte del vinagre por zumo de limón fresco.
¿Versión sin huevo? Prueba con leche de soja y duplica la cantidad de aceite. El resultado es sorprendentemente bueno.
¿Fan del ajo? Un diente pequeño machacado le da un aire a alioli sin que sea excesivo.
Y si te da por usarla en platos, no te cortes: esta mayonesa con mostaza es perfecta para ensaladillas, hamburguesas, como base para una salsa tártara casera o simplemente para mojar unas buenas patatas bravas.
En resumen, esta receta no solo te enseña a hacer una mayonesa casera digna de enmarcar, sino que te demuestra que, con la Thermomix, hasta los clásicos pueden tener una segunda vida más sabrosa, segura y sencilla.
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