Las pipas de calabaza en freidora de aire son uno de esos snacks que no necesitan presentación: las ves, las hueles y ya estás con el cuenco en la mano viendo tu serie favorita. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es que con tres ingredientes —sí, tres— puedes prepararlas tú mismo en casa, aprovechando las semillas de esa calabaza que ibas a vaciar para un puré o una crema.
Y es que hay algo maravillosamente nostálgico en este gesto: sacar las pipas, limpiarlas a conciencia, remojarlas con mimo y luego tostarlas hasta que chisporrotean. Esta versión con airfryer te evita encender el horno, reduce tiempo, y consigue una textura crujiente perfecta. Ideal para picar entre horas o para echar por encima de ensaladas, cremas o lo que se te antoje.
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🎃 Pipas de calabaza crudas (recién sacadas de una calabaza)
🧂 2 cucharaditas de sal
💧 Agua (la suficiente para cubrirlas bien en remojo)
Abre la calabaza (con cariño, sin destrozarla como si fuera Halloween) y retira todas las semillas.
Lávalas bien bajo el grifo para eliminar los restos de pulpa.
👉 Consejo: usa un colador y frótalas con los dedos para acelerar el proceso.
Coloca las pipas limpias en un bol grande con agua fría y 2 cucharaditas de sal.
Remueve y deja en reposo mínimo 8 horas (puede ser toda la noche).
Esto ayuda a que las semillas se hidraten, se salgan y queden más sabrosas al tostar.
Escurre bien las pipas y ponlas sobre papel absorbente.
No es necesario que estén 100% secas: un poquito de humedad ayuda al proceso de tostado.
Coloca las pipas en un recipiente o rejilla apto para freidora de aire.
👉 Elige las pipas de color más naranja, que suelen ser más tiernas y sabrosas.
Cocina a 190 °C durante 12 minutos, sin necesidad de precalentar.
Puedes agitarlas un poco a mitad de tiempo para que se tuesten de forma más homogénea.
¿Te gustan picantes? Añade un poco de pimentón picante o curry en polvo antes de meterlas en la airfryer.
¿Fan de lo dulce-salado? Prueba con un toque de canela y sal, o incluso miel y cayena.
Guárdalas en un frasco de vidrio una vez frías: se conservan crujientes varios días.
Son perfectas para añadir a ensaladas, bowls, cremas o yogures con frutas.
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