Hay recetas que huelen a infancia, a meriendas de domingo y a fiestas de pueblo. Los frixuelos asturianos, parientes cercanos de las filloas gallegas y los crêpes franceses, son una de ellas. Finos, delicados y con ese punto goloso que invita a rellenarlos de lo que pilles (mermelada, chocolate, miel o simplemente azúcar), se han ganado un lugar en el corazón de quienes los prueban.
Lo interesante es que ahora la freidora de aire —ese electrodoméstico que se ha convertido en el juguete favorito de media España— nos ofrece una nueva forma de prepararlos: más limpia, rápida y con menos grasa. El resultado mantiene la esencia de siempre, pero con la comodidad de meterlos en el cestillo y olvidarte unos minutos. Y si encima les añades un chorrito de anís, como manda la tradición astur, el aroma que sale de la freidora te transporta directamente a una romería en los Picos de Europa.
Frixuelos en freidora de aire – air fryer
🥚 4 huevos
🌾 200 g de harina de trigo
🥛 500 ml de leche entera
🍬 50 g de azúcar
🧂 4 g de sal
🍸 50 ml de anís
🫒 Aceite en spray (para engrasar el molde)
👉 La receta se puede multiplicar fácilmente si tienes invitados en casa. Un bol grande, unas varillas y listo para hacer una tanda generosa.
En un bol, bate los huevos con las varillas hasta que espumen. Añade la leche, el azúcar, la sal y el anís. Incorpora poco a poco la harina y mezcla hasta lograr una masa líquida y sin grumos. Déjala reposar en la nevera durante 30 minutos: este descanso permite que la harina se hidrate y el resultado sea mucho más fino y flexible.
Rocía con un poco de aceite en spray un molde redondo o recipiente apto para tu freidora. Vierte un par de cucharadas de la mezcla, lo justo para cubrir el fondo y conseguir un frixuelo fino. Cocina a 190 °C durante 7 minutos, hasta que veas que los bordes empiezan a dorarse.
Con ayuda de una espátula o pinzas, dales la vuelta y cocina 1–2 minutos más por el otro lado. Este paso es clave para que queden dorados de manera uniforme y con ese punto ligeramente crujiente en los bordes.
El frixuelo admite lo que quieras: desde el clásico azúcar espolvoreado hasta rellenos más creativos como crema pastelera, nata montada, Nutella casera o compota de manzana. Se pueden comer fríos o calientes, pero recién hechos están de escándalo.
La primera ventaja es evidente: menos grasa y menos humo que al hacerlos en sartén. Pero hay más: la freidora permite que los frixuelos salgan con un dorado uniforme sin necesidad de estar pendiente de la sartén. Además, es la excusa perfecta para sacar ese electrodoméstico que a veces solo usamos para patatas y croquetas, y darle una segunda vida como repostero casero.
Otra cosa: el toque del anís no solo es tradición, también es identidad. Si lo prefieres más ligero, puedes sustituirlo por licor de manzana asturiana o incluso por ralladura de naranja para un aroma cítrico. El espíritu del plato seguirá intacto.
Para compartir: duplica las cantidades y tendrás frixuelos suficientes para una merienda con amigos.
Versión sin alcohol: sustituye el anís por esencia de vainilla o ralladura de limón.
Relleno salado: atrévete con queso fresco y jamón cocido; sorprendentemente funciona.
Conservación: guárdalos en la nevera tapados con film; al día siguiente, unos segundos en la freidora a 160 ºC y reviven como si fueran nuevos.
En definitiva, los frixuelos en freidora de aire son la prueba de que tradición y modernidad pueden convivir sin peleas. Una receta humilde que, con el empujón de la tecnología, se convierte en el dulce perfecto para improvisar un antojo sin complicarse la vida.
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