¿Quién dijo que la freidora de aire solo sirve para patatas fritas o nuggets? Hoy vamos a demostrar lo contrario con una receta que combina tradición y modernidad: galletas danesas con mermelada, hechas en la Airfryer en tiempo récord. Crujientes por fuera, tiernas por dentro y con ese toque de fruta que las convierte en un bocado celestial.
¿Por qué merece la pena probar esta receta? Porque además de ser rápida, económica y deliciosa, no necesitas horno ni complicadas técnicas de repostería. Estas galletas son ideales para un café improvisado, un regalo casero o simplemente para consentirte sin llenar la cocina de cacharros.
Vamos al lío, porque tu Airfryer está pidiendo acción.
galletas danesas con freidora de aire – airfryer
Apunta bien lo que necesitas (¡y no olvides los emojis para darle amor a tu lista!):
🥣 125 g de harina de trigo
🧈 100 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
🍬 50 g de azúcar glas
🥚 25 g de huevo batido
🍼 10 g de leche en polvo
🌽 15 g de fécula de maíz
🌸 ½ cucharada de esencia de vainilla
🍓 Mermelada de frutos rojos (o la que más te guste)
💡 Consejo gourmet: Si quieres darles un toque diferente, prueba con mermelada de mango, crema de avellanas o incluso dulce de leche.
Hacer estas galletas es tan sencillo que no querrás volver al horno. Aquí va el método que nunca falla:
En un bol, coloca la mantequilla y bátela hasta que tenga textura cremosa. Añade el azúcar glas poco a poco y sigue batiendo hasta conseguir una mezcla suave y homogénea.
Añade el huevo batido y la esencia de vainilla. Después, suma la harina, la leche en polvo y la fécula de maíz. Mezcla con paciencia hasta obtener una masa uniforme, ni muy dura ni muy blanda.
Introduce la masa en una manga pastelera con boquilla rizada (para darles ese aspecto clásico de galletas danesas). Sobre un papel de horno —que irá dentro de la freidora—, haz pequeños círculos. Con el dorso de una cucharita, marca un hueco en el centro y rellénalo con un poquito de mermelada.
Precalienta la freidora a 160 °C. Coloca las galletas dentro y cocina durante 10 minutos, o hasta que veas los bordes ligeramente dorados. Deja enfriar un par de minutos y… ¡listas para disfrutar!
Ahorro de tiempo y energía: No necesitas precalentar un horno enorme para 12 galletas.
Cocción uniforme: El aire caliente circula perfecto, logrando galletas crujientes por fuera y tiernas por dentro.
Menos calor en tu cocina: Especialmente en verano, lo agradecerás.
Además, estas galletas se conservan de maravilla en un bote hermético durante 3-4 días. Aunque, seamos sinceros: no van a durar tanto.
Si quieres una versión más ligera, puedes:
Sustituir parte del azúcar glas por eritritol.
Usar margarina vegetal sin grasas trans.
Cambiar la mermelada por compota sin azúcar.
¿Perderán sabor? Un poco, pero seguirán siendo muy disfrutables con menos remordimientos.
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