En el mundo de las comidas exprés que no parecen de tupper triste, la pechuga de pollo al limón en freidora de aire es un hallazgo. Tiene ese equilibrio entre lo saludable y lo sabroso que tanto cuesta encontrar entre semana. Y lo mejor: se hace en menos de 30 minutos, sin freír, sin horno, sin líos.
La clave está en el marinado cítrico: una mezcla sencilla de limón, ajo, especias y aceite de oliva que transforma unas tristes pechugas en un plato lleno de sabor, aroma y con ese punto refrescante que alegra cualquier comida. Ideal con una ensalada, un poco de couscous o unas patatas también hechas en la airfryer. Si tienes pechuga en la nevera, ya tienes plan.
Pechuga de pollo al limón en freidora de aire – airfryer
🍗 4 pechugas de pollo (sin piel ni hueso, unos 500 g)
🍋 2 limones (zumo y ralladura)
🧄 2 dientes de ajo, picados fino
🫒 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
🧂 1 cucharadita de sal
⚫ 1 cucharadita de pimienta negra
🌿 1/2 cucharadita de orégano seco
🌱 1/2 cucharadita de tomillo seco
✨ Aceite en spray (opcional, pero recomendable para una textura más dorada)
En un bol grande, mezcla el zumo y la ralladura de los limones con el ajo picado, el aceite, las especias, la sal y la pimienta. Añade las pechugas y remueve bien para que queden bien empapadas. Tápalo y déjalo en la nevera mínimo 30 minutos (hasta 2 horas si tienes tiempo: el sabor lo agradecerá).
🕒 Si vas con prisa, 15 minutos también sirven. Pero cuanto más tiempo, más potencia cítrica tendrá.
Precalienta la airfryer a 180 °C durante 5 minutos. Así evitas que el pollo se reseque al principio de la cocción.
Saca las pechugas del marinado y sacude el exceso de líquido. Colócalas en la cesta de la freidora sin superponerlas. Rocía con un poco de aceite en spray.
Cocina 10-12 minutos, dales la vuelta con unas pinzas, vuelve a rociar con aceite y cocina otros 10-12 minutos más. Estarán listas cuando tengan un tono dorado por fuera y estén cocidas por dentro (74 °C si tienes termómetro).
Una vez fuera, deja que el pollo repose unos 3-5 minutos. Este pequeño gesto hace maravillas con los jugos internos y evita que se seque.
Añade al marinado un poco de mostaza de Dijon o miel para un toque sweet & sour.
¿Te gustan los toques ahumados? Una pizca de pimentón ahumado sube el nivel.
Si quieres un plato completo, acompaña con arroz jazmín, puré de patatas o unas verduras al vapor con limón.
Las sobras (si es que sobran) quedan genial en ensaladas, wraps o sandwiches calientes.
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