Recalentar pescado es todo un arte debido a su delicadeza y rápida cocción. La mejor opción, nuevamente, es recurrir al horno.
Salmón: Dependiendo del tipo de pescado (blanco o azul), el corte y el tamaño, el proceso variará. Coloca la pieza sobre una placa o rejilla, mejor si es gruesa o ligeramente grasa, y cúbrelo con papel de aluminio. En unos 10 minutos, si la pieza no es muy gruesa, tendrás tu pescado recalentado a unos 135-140 ºC.
Cuando se trata de recalentar pizza, el microondas es un enemigo de la textura. Para disfrutar de una pizza crujiente y deliciosa, evita este electrodoméstico.
Método de la Sartén: La mejor manera de recalentar la pizza es con una sartén o plancha de hierro fundido. Precalienta a fuego medio, coloca la pizza, tapa la sartén y espera 3-5 minutos. Luego, agrega unas cuantas gotas de agua muy fría en el fondo y tápalo nuevamente rápidamente para generar vapor. En pocos minutos, tu pizza estará lista para comer.
Cuando se trata de arroces y paellas, la seguridad alimentaria es fundamental. No dejes el arroz a temperatura ambiente por más de una hora, refrigéralo rápidamente y consúmelo en un máximo de 24 horas.
Arroces Secos y Paellas: Utiliza el baño maría, el horno a temperatura media-baja cubierto con papel de aluminio o la sartén a fuego muy bajo. Esto permitirá que se caramelice el fondo para obtener un delicioso socarrat extra.
Arroces Húmedos o Melosos: Opta por una olla o cazuela a fuego lento, agregando un poco de caldo adicional para recuperar la humedad perdida, siempre removiendo con suavidad.
Risottos: En el caso de los risottos, utiliza una sartén o cazuela amplia, derrite un poco de mantequilla antes de añadir las sobras y agrega un poco de líquido, ya sea vino blanco o caldo, para deshacer la textura pastosa del risotto frío.
Salteados y Fritos: Estos arroces son fáciles de recalentar, simplemente saltéalos de nuevo en una sartén o wok con un poco de aceite y, según la receta, añade alguna salsa o aderezo como salsa de soja, Worcestershire, salsa de pescado, tomate o zumo de limón.
Las reglas de seguridad alimentaria para la pasta son las mismas que para el arroz: refrigérala rápidamente y consúmela en 24 horas. Sin embargo, hay trucos para hacer que la pasta recalentada sea deliciosa.
Pasta tierna con salsa ligera: Pásala por la sartén a fuego medio-bajo con un poco de agua de cocción, siempre removiendo suavemente.
Pasta con salsas cremosas y más lácteas: Utiliza una sartén, agrega un poco de aceite o mantequilla, cocina a fuego bajo y remueve constantemente para emulsionar. Si la pasta está seca, añade nata o queso.
Pasta con salsa de tomate: También las pastas gratinadas quedan deliciosas al cocinarlas con una generosa cantidad de aceite en una sartén, permitiendo que se doren e incluso churrusquen un poco.
Recalentar guisos, potajes y estofados es sencillo. Simplemente vierte las sobras en una olla o cazuela, enciende el fuego con la tapa y, cuando alcance una buena temperatura, revuelve suavemente hasta que esté a tu gusto. Añade un poco de caldo o agua si el guiso está algo seco o denso.
Si los alimentos precocinados fritos son deliciosos en la freidora de aire, ¿por qué no recalentar las sobras de comida frita también de la misma manera? Las patatas fritas, alitas de pollo, nuggets, varitas de pescado, palomitas de salmón o croquetas pueden recuperar su crujiente original con la freidora de aire.
Patatas fritas: Ajusta la freidora de aire a una temperatura de alrededor de 200ºC y, en pocos minutos, tus patatas fritas estarán calientes y casi como recién hechas. Si las piezas de pollo son más gruesas, es mejor recalentarlas a una potencia más baja durante un poco más de tiempo para que el calor penetre al interior sin quemarlas por fuera.
Cuando te encuentres con pan duro y reseco, hay varias técnicas que pueden rescatarte de este apuro y convertirlo en una comida deliciosa, aunque no hagan milagros.
Método de Humedecimiento: Si el pan está duro, busca humedad y un poco de calor. Puedes pulverizarlo con un espray, envolverlo en un paño limpio mojado o incluso mojarlo bajo el grifo, pero ten en cuenta que esta técnica solo funcionará teóricamente con piezas grandes y muy duras. Una vez húmedo, simplemente caliéntalo en el horno, preferiblemente sobre una rejilla, a unos 175-180ºC durante 5 a 10 minutos. Evita el microondas, ya que tiende a dejar el pan gomoso, mientras que el horno aporta un toque crujiente.
Si eres un amante del café, sabrás que recalentarlo en el microondas puede arruinar su sabor y aroma. Afortunadamente, hay mejores formas de hacerlo.
Truco de los Baristas: Si no te queda más remedio que recalentar el café, hazlo por separado con la leche o un poco de agua que añadirás a tu café frío. Asegúrate de no quemar la leche, ya que esto también podría estropear el café. También es útil calentar previamente una taza donde verter las sobras de tu bebida.
Ahora que conoces los secretos para recalentar sobras a la perfección, ¡puedes disfrutar de comidas deliciosas una y otra vez!
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